dimecres, 29 d’abril del 2020

Ruptura irreversible


Manuel Castells és ara ministre d’Universitats del govern Sánchez. És un reconegut i prestigiós professor universitari amb una amplia bibliografia. Aquest llibre és de finals del 2017. Quan el vaig llegir encara no era ministre. Serà interessant repassar que deia.

El títol del llibre fa referencia a la ruptura que existeix des de ja fa un temps entre els governants i els governats. Ho explicita de diferents maneres:

  • La desconfianza en las instituciones, en casi todo el mundo, deslegitima la representación política y, por tanto, nos deja huérfanas de un cobijo que nos proteja en nombre del interés común
  • En la raíz de este nuevo panorama político europeo y mundial está la distancia creciente entre la clase política y la ciudadanía
  • Si se rompe el vínculo subjetivo entre lo que los ciudadanos piensan y quieren y las acciones de aquellos a quienes elegimos y pagamos, se produce lo que llamamos crisis de legitimidad política, a saber, el sentimiento mayoritario de que los actores del sistema político no nos representan
  • Los políticos se convierten en un grupo social que defiende sus intereses comunes por encima de los intereses de quienes dicen representar
Aquesta desconfiança va augmentar al llarg de la darrera crisi quan el Estado protector priorizó la protección de los especuladores y defraudadores sobre las necesidades de los ciudadanos golpeados por la crisis y el paro

Després de llegir aquestes afirmacions és difícil entendre que fa en un Consell de Ministres.

També opinar sobre la corrupció que segons ell té molt a veure ambla ideología del consumo como valor y del dinero como medida de éxito que acompaña al modelo neoliberal triunfante, centrado en el individuo y su satisfacción inmediata monetizada”. Però tampoc fa cap proposta per canviar-ho.

També reflexiona sobre l’ascens de l’extrema dreta i les seves idees en molts dels països del món occidental.

El temor a la globalización incita a buscar refugio en la Nación. El miedo al terrorismo predispone a invocar la protección del Estado. La multiculturalidad i la inmigración inducen el llamamiento a la comunidad identitaria. En ese contexto, la desconfianza en los partidos y en las instituciones, construidos en torno a los valores e intereses de otra época, deriva en una búsqueda de nuevos políticos en quienes poder creer. Son, en todas las sociedades, los sectores sociales más vulnerables quienes reaccionan, movidos por el miedo, la más potente de las emociones, y se movilizan en torno a quienes dicen lo que el discurso de las élites no les permite decir. A quienes, sin ambages, articulan un discurso xenófobo y racista. A quienes apelan a la fuerza del Estado como forma de resolver las amenazas. A quienes simplifican los problemas mediante la oposición entre el arriba y el abajo. Y a quienes denuncian la corrupción imperante por doquier, aunque en muchos casos ellos y ellas formen parte de esa misma corrupción.

Es así como la crisis de legitimidad democrática ha ido generando un discurso del miedo y una práctica política que plantea volver a empezar. Volver al Estado como centro de la decisión, por encima de las oligarquías económicas y de las redes globales. Volver a la Nación como comunidad cultural de la que se excluye a quienes no comparten valores definidos como originarios. Volver a la raza, como frontera aparente del derecho ancestral de la etnia mayoritaria. Volver, también, a la familia patriarcal, como institución primera de protección cotidiana frente a un mundo en caos. Volver a Dios como fundamento. Y en ese proceso reconstruir las instituciones de coexistencia en torno a estos pilares heredados de la historia y ahora amenazados por la transformación multidimensional de una economía global, una sociedad de redes, una cultura de mestizaje y una política de burocracias partidarias. La reconstrucción parte de una afirmación encarnada en un líder o una causa que surge en contradicción con las instituciones deslegitimadas. La nueva legitimidad funciona por oposición. Y se construye en torno a un discurso que proyecta un rechazo general al estado de orden enquistado en las instituciones y con esa cultura de las élites cosmopolitas, sospechosas de desmantelar las últimas defensar de la tribu frente a la invasión de lo desconocido.

Esa es la raíz común a las diversas manifestaciones que, en distinto países, están transformando el orden político establecido

No cal ser massa llest per veure que això és el que està passant, però la dificultat està en com reaccionar per tal de revertir aquest camí que cada vegada dona la impressió que és més irreversible. M. Castells no dona cap pista del que es pot fer.

Lo que se teme no es el desafío directo a la democracia por parte de ideologías neofascistas deslegitimadas por la historia (al menos en la Europa actual), sino la deserción de amplios sectores de la sociedad de una democracia que no los representa, suscitando la posibilidad de una búsqueda incierta de nuevas formas de representación”. Si no hi ha una manera diferent de fer política que no es veu per enlloc és molt difícil que canvií res.

També reflexiona sobre els problemes de la construcció europea que penso que es segueixen agreujant, ja que dona resposta als problemes dels ciutadans. ¿Si hi ha ruptura entre ciutadans i els seus governs, com no n’hi ha d’haver amb una Europa cada vegada més allunyada i burocratitzada?

Tres son las fallas principales de la construcción europea… La primera, la falta de una identidad común europea, es decir, de un fuerte sentimiento compartido de pertenencia a una comunidad cultural e institucional… Sin esa identidad común todo va bien cuando ser europeo tiene ventajas y ningún inconveniente… Pero cuando se trata de rascarse el bolsillo para remediar los problemas sociales o las dificultades económicas de “los otros” ahí empiezan los problemas. Y ¿de dónde podría provenir esa identidad común europea? … De la voluntad de compartir un proyecto común, querer ser europeos, por encima de las identidades nacionales… Esto buscaron los visionarios europeos, pero para conseguirla aceleraron el proceso de integración sin anclarlo previamente en las mentes de los ciudadanos, dejándose detrás en el camino a la mayoría de la población, en particular los sectores de menor educación y los grupos de más edad… De esta forma, la base cultural de la construcción europea fue y es muy frágil… Fue un proyecto elitista y tecnocrático que se impuso a los ciudadanos sin debate y con escasa consulta… La supeditación de la soberanía nacional a la legislación y a las decisiones de la Comisión Europea nunca se sometió a debate y mucho menos a votación… Fue un sistema construido de arriba abajo, no mediante una delegación de poder bajo control democrático, lo que deslegitimó la acción de las instituciones europeas. Tal es la raíz del llamado déficit democrático que ha corroído la construcción europea.”

Cuando la reproducción automática del sistema se ve amenazada por crisis, el reflejo de la gente es recurrir a las instituciones pagadas y elegidas por los ciudadanos para que la defiendan. Y cuando dichas instituciones no responden a su compromiso de protección de la vida, se pone en cuestión su representatividad y se denuncia su funcionamiento al servició de intereses y valores de grupos con acceso exclusivo al poder, incluyendo la propia clase política como actor colectivo de lo que se percibe como un gigantesco engaño” Això està passant en gran manera amb la crisi actual de la COVID-19. Segons sigui el desenllaç de la mateixa els ciutadans encara s’allunyaran més dels polítics.

Fa un repàs ràpid del procés català en el que no estic gens d’acord. Comet errors i li falten matisos, però si estaria d’acord amb la seva conclusió final: El actual Estado español, entronizado en una monarquía de dudosa legitimidad en su origen, incapaz de expresar una realidad plurinacional y desvirtuado por la corrupción de una derecha que aún controla los poderes fácticos, vive al borde de una crisis constitucional que podría poner en peligro la convivencia ciudadanaHan passat poc més de dos anys i la crisi de l’Estat espanyol es segueix aguditzant.

Explica la seva influència personal sobre Pedro Sánchez quan aquest havia estat “expulsat” de la direcció del partit i com va ser decisiu per tal que intentés recuperar el lideratge. Aquesta podria ser una de les raons per les que està en l’actual Consell de Ministres.

Peca d’optimisme  quan afirma que la experiència espanyola podría ser prototipo vivo de que otra política, y otra democracia son posibles en el siglo XXI”. No se on veu aquesta altra política que esmenta.

I acaba amb “¿Cuál es ese nuevo orden que necesariamente debe existir y reemplazar lo que se muere?... ¿Cuál es la alternativa? ¿Dónde están esas nuevas instituciones dignas de la confianza de nuestra representación? … No detecto señales de nueva vida democrática… Hay proyectos embrionarios por los que tengo respeto y simpatía … “

“… Lo que es utópico es pensar que el poder destructivo de las actuales instituciones puede dejar de reproducirse en nuevas instituciones creadas a partir de la misma matriz. Y como la destrucción de un Estado para crear otro lleva necesariamente al Terror, como ya aprendimos en el siglo XX, podríamos experimentar y tener la paciencia histórica de ver cómo los embriones de libertad plantados en nuestras mentes por nuestra práctica van creciendo y transformándose. No necesariamente para constituir un orden nuevo. Sino, tal vez, para configurar un caos creativo en el que aprendamos a fluir con la vida en lugar de apresarla en burocracias y programarla en algoritmos. Dada nuestra experiencia histórica, tal vez aprender a vivir en el caos no sea tan nocivo como conformarse a la disciplina de un orden.” Vista la experiència el que haurem d’aprendre és a viure al marge dels polítics que ens governen. Malauradament soc molt pessimista.

2 comentaris:

Dioni Tulipán ha dit...

Molt interessant, sí!!

Es com el Pablo Iglesias... fins i tot amb una bona predisposició inicial (bé, tampoc no estic ni segur d'això), un cop a les altres esferes del poder has d'encaixar i governar en contra de les teves idees inicials.

Cap periodista li ha confrontat amb aquesta contradicció?

Ricard Masferrer ha dit...

Pablo Iglesias i Podemos ha canviat molt al llarg de la seva trajectòria política. He llegit algun llibre de Xavier Domenech i algun altre sobre el sorgiment i evolució de Podemos i em costa d'entendre el gir que han donat. Bàsicament trobo a faltar autocrítica.
En el cas de Manuel Castells el considero un prestigiós sociòleg expert amb globalització i xarxes. Té una obra monumental en tres volums (L'era de la informació i la societat xarxa) publicada al voltant del 2000. Malgrat la seva vàlua intel·lectual no crec que tingui influència en les decisions del govern. En el govern prevalen els criteris polítics. Possiblement és una temptació entrar en un govern, però ja sabia on es ficava. Ell es partidari d'un referèndum acordat. Ho ha manifestat moltes vegades, però ja va dir que un cop dins del govern acataria les seves decisions.
Ha fet ben poques aparicions públiques des de que és ministre.