Un nou llibre de Zygmunt Bauman. Els arguments que desgrana al llarg de les seves pàgines estan íntimament relacionats amb el llibre de Ulrich Beck "La sociedad del riesgo mundial" que vaig llegir l'estiu passat.
Les pors líquides i el mal
Mal y miedo son gemelos siameses. Es imposible
encontrarse con uno sin encontrarse al mismo tiempo con el otro. Quizá sean,
incluso, dos nombres distintos para una misma experiencia. Si hay un miedo que
sea genuina y desesperadamente insoportable es el miedo a la invencibilidad del
mal.
Aunque seamos ahora más sabios que nuestros antepasados
hemos dejado de confiar en que podamos hallar el camino de salida de las
catàstrofes no naturales que nos azotan. .. males de origen humano y no menos
crueles e imposibles de prever: Auschwitz, gulags soviéticos, Hiroshima, ...
PRIMO LEVI afirma : “No hay duda de que cada uno de nosotros
puede, potencialmente convertirse en un monstruo.” Tot i que ens sembla
impossible que nosaltres ho puguem ser, en les mateixes circumstàncies humanes
que alguns dels seus protagonistes més sinistres, tindríem gairebé les mateixes
possibilitats de convertir-nos en els mateixos monstres.
Los males
provocados por los humanos se nos antojan hoy tan inesperados como sus predecesores
naturales. La humanidad dispone hoy en día de todas las armas necesarias para
cometer un suicidio colectivo: es decir para aniquilarse a sí misma llevándose
consigo el resto de la vida sobre el planeta.
En el
mundo de la modernidad líquida, los peligros y los miedos tienen también
consistencia líquida ... ¿o acaso gaseosa? Fluyen, calan, se filtran, rezuman
... No se han inventado todavía paredes capaces de retenerlos, aunque sean
muchos los que intenten construirlas.
El
fantasma de la vulnerabilidad planea sobre el planeta “negativamente
globalizado”. Todos estamos en peligro y todos somos peligros para los demás.
En los
países desarrollados vivimos sin duda en algunas de las sociedades más seguras
que jamás hayan existido. Gozamos de una alto grado de protección contra las
tres amenazas principales a nuestra seguridad: contra las fuerzas superiores de
la naturaleza, contra los puntos débiles innatos de nuestros cuerpos y contra
los peligros que emanan de la agresión de otras personas.
Las
personas que viven en la mayor comodidad registrada en la historia se sienten
más amenazadas, inseguras y atemorizadas, más inclinadas al pánico y más
apasionadas por todo lo relacionado con la seguridad y la protección que las
personas de casi todas las demás sociedades anteriores y actuales.
Ante las
dos primeras amenazas se han realizado avances espectaculares en protección. No
tanto, frente a la tercera de las amenazas.
Una
docena mal contada de conspiradores islámicos, dispuestos a matar, ha
demostrado ser suficiente para crear el ambiente de fortaleza sitiada en el que
vivimos actualmente y para agitar la presente ola de “inseguridad
generalizada”.
En un món global com el d’avui ni tancant les
fronteres amb clau i forrellat ens lliuraríem del perill terrorista exterior.
Hi ha massa greuges flotant en l’ambient per poder-ho evitar. No calen ni grans
estructures ni grans organitzacions. Poca gent amb un mínim de infraestructura
tenen la capacitat de portar a terme un destructiu acte terrorista. I això és
gairebé impossible de controlar i vigilar.
La
maquinaria del Estado-nación, inventada y preparada para proteger la soberanía
territorial y para separar inequívocamente a los “de dentro” de los “de fuera”
ha estat enganxada sense la preparació necessària per fer front el nou
terrorisme.
El más
horrendo de los nuevos temores añadidos es el miedo a ser incapaces de impedir
el hecho mismo de tener miedo. Tememos aquello que no podemos controlar. Lo que
no somos capaces de manejar nos es desconocido y lo desconocido nos asusta.
A medida
que la anterior red protectora de derechos sociales se debilita regresa la
pesadilla de la inseguridad y del miedo que el Estado social había propuesto
eliminar para siempre.
La
libertad sin seguridad no es una
sensación menos terrible y desalentadora que la seguridad sin libertad. Ambas
son situaciones cargadas de amenazas y miedo.
Un món
líquid amarat de principis religiosos.
En els sermons de les diferents religions es parla
que las fuerzas satánicas han conseguido
bajar a la tierra. .... No s’ha produït una politització de la religió sinó
una religionització de la política.
Ens trobem en un moment de grans contradiccions: el mundo de la modernidad líquida nos
inculca que nos guiemos por proyectos a corto plazo y deseos efímeros, en
canvi des de les “altes instàncies morals i polítiques” ens parlen de valors
eterns, universals i absoluts propers als valors de la religiositat de sempre.
Los
peligros que más tememos son inmediatos; comprensiblemente también deseamos que
los remedios sean inminentes, “soluciones rápidas”, que proporcionen alivio al
momento. Aunque las raíces del peligro puedan ser enrevesadas y complicadas,
deseamos que nuestras defensas sean simples y estén preparadas para ser usadas
aquí y ahora. En tot som part de la cultura de l’aquí i ara. Nos molestan las soluciones que requieren que prestemos atención a
nuestros propios defectos y faltas. Aborrecemos por completa la idea de que son
pocas o nulas las diferencias entre nosotros, los hijos de la luz y ellos la
camada de la oscuridad.
Todos
esos deseos y rencores son mejor atendidos por las religiones, y en particular
por las variedades fundamentalistas de las religiones monistas, incluídas en
este grupo el comunismo y el fascismo, que por ningún otro sistema de ideas. Són ideologies de
blanc i negre i de veritats absolutes. No hem sabut substituir el Déu
omnipresent i omnipotent per la esperança en una humanitat autònoma i
autosuficient. D’alguna manera estem tornant a la necessitat d’un Déu que
solucioni els nostres neguits i maldecaps i ens doni solucions senzilles i
ràpides.
Les relacions humanes líquides productores d’ansietat
Las relaciones humanas han dejado de ser ámbitos de
certeza, tranquilidad y sosiego espiritual. En lugar de ello, se han convertido
en una fuente prolífica de ansiedad. Lejos de ofrecer el codiciado descanso,
prometen una ansiedad perpetua y una vida en constante alerta.
El hecho de que en nuestros tiempos modernos líquidos
necesitemos y deseemos vínculos sólidos y fiables más que en ninguna otra época
anterior no hace más que agravar la ansiedad de no poder-ho assolir de cap
de les maneres.
Esperamos compensar en forma de cantidad (a través de
nuestras relaciones en la red) la pérdida de calidad en las relaciones que se
ha producido en la voragine de nuestra vida moderna líquida. Pero las
relaciones no se fortalecen, los miedos no desaparecen.
Els rics i els pobres en el món líquid.
Hasta el momento, la razón moderna ha estado al servicio
del privilegio y el deseo de superioridad y no de la universalidad.
La catàstrofe del Katrina és bon exemple del que
passa: es pot preveure amb antelació i es donen avisos a la població de que
marxi de la zona, però els que ho poden fer són els rics (tenen diners i les
possessions que abandonen estan assegurades i un cop acabi la catàstrofe podran
tornar a fer vida normal), en canvi els pobres ho tenen molt més difícil. Sense
diners tot és sempre molt més difícil i si abandonen les seves possessions les
perdran per sempre, i això és el que acaba passant. Les catàstrofes siguin on
sigui sempre afectaran a la part més dèbil i pobre de la població, i els més
rics en sortiran beneficiats.
Los
aristócratas necesitan hacer muy poco para conservar su identidad y las clases
bajas no pueden hacer prácticamente nada por cambiar la suya; sólo la clase
media debe esforzarse por seguir siendo lo que es.
Política
i economia: necessitem canvis per afrontar el futur
El poder
y la política se desvían cada vez más el uno de la otra siguiendo direcciones
opuestas. El problema al que el presente siglo tendrá que hacer frente con toda
seguridad como su reto principal es el de reunir de nuevo al poder y a la
política.
En un
planeta negativamente globalizado, los problemas fundamentales son globales y no
admiten soluciones locales. Ya no es posible garantizar la democracia y la
libertad en un solo país o, ni siquiera, en un grupo de ellos. El futuro de la
democracia y la libertad sólo puede ser asegurado a escala planetaria.
Carecemos
de las herramientas ... que nos permitirían reconquistar y volver a tomar
posesión del control ... que en el momento presente se nos ha escapado de las
manos.
NEAL LAWSON: El
Estado pasa a ser un siervo de la economía global. Ha dejado de ser el amo
omnipotente de su territorio
THOMAS FRANK: El
mercado se considera herramienta suprema de la democracia por la que cada
individuo emite su voto a todas horas y todos los días adquiriendo los bienes y
los servicios que realmente le importan. Sóc el que compro, no el que voto.
La economia és la que mana i l’Estat està al seu
servei. La seva única funció és garantir l’ordre públic que necessita
l’economia per desenvolupar-se.
Segons JACQUES ATTALI actualmente las naciones organizadas en Estado “renuncian a influir en
la marcha general de los acontecimientos y abandonan en manos de la
globalización todos los medios para dirigir el destino del mundo y para
resistirse a las múltimples formas en que los miedos pueden manifestarse”
RICHARD RORTY: Actualmente
existe una superclase global que toma todas las grandes decisiones económicas y
que las toma de forma completamente independiente de los parlamentos y, por
consiguiente, de la voluntad de los votantes de cualquier país.
La
sociedad ya no está protegida por el Estado, sino que se halla expuesta a la
voracidad de fuerzas que el Estado no controla. Los políticos se limitan a gestionar
algunas medidas que les permitan mantenerse en el poder tras las siguientes
elecciones. De hecho el Estado actual se ha reducido a un simple Estado de la
seguridad personal.
El Estado
de la seguridad personal no tiene fama de tener inclinaciones particularmente
favorables a la democracia.
El Estado
de la seguridad personal se inspira en el miedo y la incertidumbre, los dos
archienemigos de la confianza.
La
historia del ascenso de la democracia moderna podría escribirse como un relato
de los progresos realizados en la eliminación de las sucesivas causas de
incertidumbre y miedo. L’estat del benestar ha procurat lluitar contra aquestes
pors: atur, malaltia, vellesa i els serveis essencials tots garantits per
l’Estat. Però ara aquestes conquestes s’estan perdent i tornen aparèixer les
pors al futur i al que passarà.
Per una banda ens venen que estem en la millor i
més segura de les societats, però per altra banda els mitjans ens mostren de
manera continua tot una sèrie de mals que ens rodegen: els sense sostre, les
drogues, els atracadors, el verí del menjar ràpid, el colesterol, el tabac, ...
Els més rics s’aprofiten de la globalització de
tal manera que gairebé podem dir que paguen impostos per què volen, ja que
davant de qualsevol amenaça l’únic que han de fer és canviar els seus diners de
lloc i deixar de pagar. Per aquesta raó els governs els tenen tan ben cuidats
davant de la por que marxin. De fet són o viuen en un lloc concret, però no són
d’en lloc. Simplement són d’on podem pagar menys impostos.
Anem cap a la catàstrofe o cap un nou futur ?
Podríamos profetizar que, si nada la refrena o la
domina, nuestra globalización negativa hace ineludible la catàstrofe. Si no formulamos esta profecía y no la
tratamos en serio, pocas esperanzas puede tener la humanidad de convertirla en
evitable. El único comienzo prometedor para una terapia contra el miedo que
crece y, en última instancia, nos incapacita es ver más allá de él, hasta lo más
hondo de sus raíces, porque el único modo prometedor de continuar dicha terapia
pasa por enfrentarse a la tarea de arrancar esas raíces.
El siglo que nos espera podría perfectamente ser
una era de catàstrofe definitiva. Pero también podría ser una época en la que
se negociase un nuevo pacto entre los intelectuales y el pueblo –entendido
ahora como la humanidad en su conjunto- y se le diese vida. Esperemos que la
elección entre esos dos futuros siga estando en nuestras manos.
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