“Buscaba unos
ojos, una cara que sería el espejo de un alma emboscada, un espejo vacío que no
reflejaba nada, ni el remordimiento, ni la piedad, tal vez ni siquiera el miedo
a la policía”
“Alguien lleva un
secreto, lo alimenta dentro de sí… una conciencia que nadie más conoce…, las
imágenes secretas que él no puede compartir con nadie, que nunca lo
abandonarán. En la memoria y en los ojos de alguien están ahora mismo las
imágenes indelebles del crimen, unos ojos que en ese mismo instante miran en
algún lugar de la ciudad, normales, serenos, tal vez, como los ojos de
cualquiera”
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"... la luna llena entre las ramas altas..." |
Quan
vaig veure la pel·lícula d’Imanol Uribe sota el nom de “Plenilunio” a la
televisió em van agafar ganes de llegir el llibre. De fet, la vaig veure per
segona vegada i em va tornar a agradar molt. La lectura del llibre de Antonio Muñoz Molina en la que es basava el guió va quedar pendent. Fins que un dia
vaig veure el llibre en una taula d’intercanvi i no m’ho vaig pensar dues
vegades. La seva lectura malgrat conèixer l’argument m’ha enganxat des del
primer moment. Les pàgines passaven una darrera l’altra sense gairebé ser
conscient del temps.
“También él, un
desconocido, un forastero en la ciudad, recién llegado casi, viviendo solo,
caminando sin sosiego, quedándose despierto hasta que clareaba el día en un
dormitorio conyugal en el que su mujer no había estado nunca”
“Su vida entera,
su conciencia, su voluntad se resumían ya en una sola interrogación, inmóvil y
fanática, repetida siempre desde que abría los ojos al amanecer…”
L’inspector
fill d’aquesta ciutat de províncies, a la que fa poc ha tornat està obsessionat
per trobar a l’assassí d’aquest crim. El passat de l’inspector és un passat
obscur que desconeixem.
La
presència de la lluna. Sempre està allà. “Había dejado de llover y un gajo
de luna blanca y alta se deslizaba entre jirones de nubes, pero el aire estaba
denso todavía de humedad y de niebla”
Des
de que es va cometre l’assassinat d’aquella nena, “el invierno y
el miedo, la presencia del crimen, habían caído sobre la ciudad con un
escalofrío simultáneo, con un sobrecogimiento de calles silenciosas y desiertas
al anochecer, batidas por una lluvia fría…”
“Volvía el recelo
ante los desconocidos, se contaban otra vez las antiguas historias de hombres
con grandes abrigos que ofrecían caramelos o que pasaban la noche por las
esquinas con un saco al hombro…”
“Imaginaban un
fantasma al que habían dotado con todos los atributos abstractos de la crueldad
y el terror, y al mismo tiempo sabían, aunque difícilmente aceptaban pensarlo,
que no era una sombra de película en blanco y negro, ni uno de los tenebrosos
ladrones de niño de las leyendas de otros tiempos, sino alguien idéntico a
ellos, soluble en las caras de la ciudad, escondido en ellas…”
Ningú
té idea de qui pot haver estat, però tothom sap que l’assassí conviu entre
ells. “En alguna parte, caminando por una calle o escondido en
una habitación, iluminado por la misma luna, mirando el fútbol en la barra de
un bar, estaba esperándolo alguien a quien aún no había visto, a quien
reconocería en cuanto lo tuviera delante de sus ojos”
La
veu narradora va passant d’un personatge a l’altre en forma de monòlegs amb els
que anem descobrint el que pensen i els que senten: l’inspector, l’assassí, el
forense Ferreras, el pare Orduña, Susana, la mestra, ...
I
la lluna sempre present, “la luna llena y amarilla aparecía en el espejo
retrovisor, sobre el perfil de las torres y los tejados que iban quedándose
atrás según transcurrían con una rapidez idéntica kilómetros y minutos”. La lluna allà lluny exerceix una
atracció inexplicable... la contemplem... i a voltes ens hipnotitza.
L’inspector
comença a dubtar, “quizás no te fijas lo suficiente en las cosas. Quizás
crees que miras, pero en realidad no estás mirando, te encierras tanto en tu
obsesión y en tu búsqueda que acabas por no ver nada de lo que hay a tu
alrededor”
L’assassí
“se ha vuelto invisible, soluble entre la gente de la calle, borrado
ahora en una zona de sombra, sin necesidad de elegir la dirección de los pasos,
porque los pies lo llevan solo…”
Comencen
a saber alguns detalls sobre l’assassí però, “sin embargo
seguía siendo un desconocido absoluto, conocían su estatura y la forma de su
cara y el color de su pelo y el aspecto de sus uñas y la marca de cigarrillos
que fumaba y no obstante el inspector podía chocarse con él y no reconocerlo.”
Finalment
l’atrapen. “Tantos meses buscando una sola mirada y ahora la
tenía enfrente a él, huidiza y vulgar, sin misterio, sin demasiada expresión,
una mirada que podía ser de cualquiera…” I s’excusa amb la lluna. “Fue por culpa
de la luna… me emborrachaba y la luna me hacía pensar cosas raras”
Té
l’assassí al davant però “… ni yo ni nadie podrá saber nunca lo que piensa o
siente de verdad, ni siquiera si piensa algo, si siente algo”
“Todo eso había
pasado. Vivía ahora en la primera mañana de otro tiempo en las vísperas de un
porvenir muy parecido a su vida anterior”
“… pensando en la
urgencia inaplazable de la verdad y el coraje y temiendo ser vencido no por la
cobardía ni por la fuerza del remordimiento personal o de las reacciones
sociales, sino por algo mucho peor, más tóxico y arraigado en él, su
predisposición a la conformidad, al aplazamiento, su hábito de aceptar lo
establecido como irremediable, de callar y no hacer”.
“Ahora todo se
convertía en un bosque de pasos, de latidos y oscuridades rojizas, de voces
entre las cuales alcanzó a distinguir una sola…”
ANTONIO MUÑOZ
MOLINA
Plenilunio
Círculo de
Lectores, 1997, 429 pàgines
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